Frontera cerrada: ¿Hasta cuándo?
El exembajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, considera es hora que quitar las restricciones y darle la bienvenida a los turistas mexicanos.
¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Desde cuándo no te das una vuelta a la frontera? Déjame contarte lo que está pasando en la de Arizona - Sonora:
Silencio al mediodía. Silencio a las 7:00 de la noche. Silencio en fin de semana. Silencio a todas horas. A veces llega el sonido del tren, de una puerta enrejada al abrirse, de una patrulla dando la vuelta o un par de autos que acaban de cruzar a Estados Unidos, pero dura poco. Luego se vuelve a imponer la nada. Así está Nogales, Arizona, en un vacío de sonido.
Del otro lado del muro, donde no hay alambres de púas sino flores silvestres rompiendo pavimento, aún se vibra.
Escribí algo al respecto que me gustaría compartir contigo; puedes leerlo aquí en Prensa Arizona.
Además, este jueves en el programa de radio La Hora del Cafecito de Conecta Arizona en la Onda 1190 hablamos en exclusiva con el exembajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, sobre las restricciones fronterizas, la crisis de salud y el fenómeno migratorio de los dos lados del muro. Si te perdiste el programa puedes verlo aquí y también te traemos un resumen de lo que platicamos. Gustavo Guirado nos comparte la primera parte.
Te mando un abrazo fuerte y lleno de agradecimiento,
Maritza L. Félix
Fundadora de Conecta Arizona
PD: Las fotos de este boletín las tomé este fin de semana en Nogales, Arizona.
Frontera cerrada
“No hay razón para continuar esta política”: Landau, exembajador de EE. UU. en México
Por: Gustavo Guirado
El diplomático Christopher Landau, exembajador de Estados Unidos en México entre 2019 y 2021, afirmó este jueves que “no hay razón para continuar” con la política de la frontera cerrada entre ambos países desde el inicio de la pandemia, porque la situación “ya no se tolera más”. Además, descartó que se pidan certificados de vacunación para ingresar a Estados Unidos y, al analizar el fenómeno migratorio actual hacia el país, planteó la necesidad de “buscar una forma de desincentivar la migración indocumentada o irregular y al mismo tiempo agilizar los flujos de trabajo regulares y legales”.
En declaraciones a La Hora del Cafecito, el programa de radio de Conecta Arizona conducido por la periodista Maritza L. Félix, Landau analizó además la relación entre Estados Unidos y México, las actuales restricciones fronterizas y los inconvenientes que se generan a causa de estas medidas, el proceso migratorio desde diversos países hacia Estados Unidos a través de México, y la problemática de la droga y el narcotráfico en ambos países, que ha dejado un saldo de “más de 80 mil muertos” en Estados Unidos solo este año y violencia y muerte por parte del crimen organizado en su vecino del sur.
“Tuve la oportunidad de visitar todos los Estados de México, desde Chiapas hasta Sonora. La relación entre México y Estados Unidos es muy compleja, pero creo que no hay otra relación en el mundo que tanto influye directamente en la vida de las personas en ambos lados de la frontera. No es solamente una relación internacional, es una relación que tiene muchísimo que ver con la prosperidad y la seguridad doméstica a ambos lados de la frontera”, señaló Landau en el inicio de la entrevista con la periodista Maritza Félix, fundadora de Conecta Arizona.
- Desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, las restricciones fronterizas están prácticamente “matando” a las ciudades que colindan con el muro, que estaban unidas por las familias, por el comercio y más; ¿qué puede señalar en ese sentido?
- Tenemos cinco Consulados Generales a través de la frontera: en Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. Así que tenemos una presencia muy fuerte en la frontera. Como embajador pude visitarlos a todos antes del comienzo de la pandemia y me di cuenta inmediatamente de lo integradas que son esas comunidades en ambos lados de la frontera. Hay niños que van a la escuela de un lado y del otro, la gente va de compras, alguien que tiene la abuelita que vive del otro lado. Así que entiendo bien la angustia -y la comparto francamente- de personas que no ven a sus familiares desde hace más de un año, de la devastación económica. Sobre todo, en el lado estadounidense es un grave problema. Creo que ahora hay que exigir que esto ya no puede continuar así.
- El alcalde de Nogales, Arizona, dijo que están enviando mensajes de S.O.S. a Washington, D. C. diciendo “por qué no nos preguntan a nosotros si ya podemos reabrir la frontera, porque la crisis de salud está pasando, pero la crisis económica perdura”. Él dice: “les dimos a los mexicanos un año para aprender a vivir sin nosotros y qué tal si se acostumbraron. Ellos rehicieron sus vidas al otro lado de la frontera”. Entonces, ¿por qué esta necedad de Washington o por qué esta sordera política de muchos representantes que no se suman a la causa?
- A mí me parece que hay que seguir tocándole a las puertas de los senadores, de los congresistas. Eso es la democracia, a veces hay que alzar la voz. Es decir, esto ya no se tolera más y a mí me sorprendió durante mi gestión como embajador que no escuchamos más quejas de las cámaras de comercio. Ahora ha cambiado mucho la pandemia. Antes, cuando las cosas parecían que estaban mejorando venía otra ola de contagios, no fue consistente el progreso del virus. Pero ahora, con las vacunas que hay, realmente yo no veo el sentido (de que la frontera siga cerrada). Lo he expresado en redes sociales porque creo que es importantísimo que la gente de Washington DC vea lo que está pasando en la frontera.
- Esa tendencia de suponer a la distancia lo que está pasando en la frontera no es nuevo. Todas las administraciones hablan de la frontera como si fuera una zona aparte del resto del país, como si la conocieran muy bien, y creo que la mayoría solo viene a un evento de campaña y regresa y no se dan cuenta de lo que está pasando.
- La gente en Washington, D.C. y en Ciudad de México realmente creo que no entiende cómo es la vida en la frontera. Hay una perspectiva muy especial en esta parte de ambos países. A veces a la frontera se la llama “el tercer país”, es algo muy especial, muchas de las decisiones las toman personas que no tienen experiencia en la frontera. Por eso, para mí fue muy importante visitar la frontera como uno de mis primeros actos como embajador, porque mucho de nuestra relación tiene que ver con lo que pasa en la frontera.
-Concretamente, ¿cuándo se va a abrir la frontera?
-No tengo una respuesta a esa pregunta, no he estado en el gobierno desde el cambio de administración en Estados Unidos en enero y obviamente el nuevo gobierno va a tomar esa decisión. Lo único que puedo decir es que creo que todos debemos seguir “presionando” a nuestros representantes en el gobierno, a los senadores, a los congresistas, para que ellos exijan y demuestren que no hay razón para continuar esta política. Cuando la pandemia comenzó en marzo del año pasado, yo estaba como embajador y en ese momento no sabíamos exactamente cómo se transmitía, qué tan serio era el virus. Se acordarán que comenzó con muchos más casos en Estados Unidos que en México, el virus fue desde Estados Unidos hacia México y yo suponía en ese momento que México iba a imponer restricciones. Pero México tiene, hace años, una política de no cerrar las fronteras. Creo que de hecho fue uno de los únicos países del mundo que en toda la pandemia no cerró ningún vuelo, ni desde Nueva York o Madrid en los peores días. Lo más importante para nosotros en ese momento era tratar de asegurarnos de que tuviéramos una reacción responsable a esta crisis, siempre tratando de salvaguardar la economía también. Por eso la gente se equivoca cuando dice que la frontera se cerró: la frontera no se cerró totalmente, se la dejó abierta. Gracias a Dios no perdimos ningún día de comercio, porque para ambos países hubiera sido una catástrofe parar eso. Entiendo que los viajes no esenciales sí se pararon, pero creo que ya se terminó el momento para eso. Por eso yo públicamente he llamado a levantar estas restricciones.
- Las restricciones solo aplican para entrar a Estados Unidos. Según ellas, solamente ciudadanos y residentes estadounidenses pueden entrar a Estados Unidos, los que tienen visa de trabajo, los que vienen por razones médicas comprobables, por razones de comercio, negocios, o educativas. Aunque siempre depende de la discreción del oficial de turno. No es lo mismo, sin embargo, con los vuelos: ahí puede venir cualquier persona que tenga su visa de turista. Pero si vuelan, independientemente si son ciudadanos, turistas o residentes, deben traer una prueba negativa de Covid con tres días de vigencia. Solo para entrar a Estados Unidos, no cuando sales. Si vuelas a México no te la están pidiendo, hasta el momento.
- Estuve en México la semana pasada, volví en avión y aunque estoy vacunado aquí y tengo mi tarjeta de vacunación, también tuve que tomar la prueba negativa (de Covid) antes de volar.
- ¿Es cierto que van a pedir certificados de vacunación para entrar a Estados Unidos?
- No se va a exigir ningún certificado de vacunación. Mucha gente está preocupada porque recibió la vacuna china o la vacuna rusa y si le van a dejar entrar o no. Que yo sepa, no van a tener obligación de presentar ningún certificado de vacunación. Ojalá la gente se pueda vacunar aquí en Estados Unidos, creo que conviene a ambos países que la gente de la franja fronteriza de ambos lados se vacune, porque son comunidades muy integradas y mientras más gente de esas comunidades se vacune mejor para todos.
- Volviendo a las restricciones, ¿por qué Estados Unidos permitió el libre tránsito de ciudadanos y cerró para los mexicanos? Los americanos iban a internarse a México, eso es ilógico.
- Es un punto muy bueno. Las restricciones, y lo sé porque yo las negocié con el gobierno de México en marzo del año pasado, son recíprocas. Creo que mucha gente se enojó y dicen “esto no es justo porque los americanos pueden ir a México y los mexicanos no pueden ir a Estados Unidos”. No es así. Ambos países acordaron restringir los viajes no esenciales, siempre dejando regresar sus propios ciudadanos. Pero México no ha estado aplicando esta ley, así que ellos han estado dejando pasar a los estadounidenses. Si México deja entrar a los estadounidenses, parece que tenemos toda la libertad para ir y venir. Pero eso es un problema. Hablé con muchas autoridades mexicanas y una lección que ellos dicen haber aprendido con la pandemia del H1N1, hace 10 años, es que las restricciones fronterizas no funcionan y por eso no había mucho entusiasmo del lado mexicano para aplicar estas restricciones.
- En Estados fronterizos como Arizona hay mucha gente con doble ciudadanía, entonces por ejemplo a mí como mexicana no me pueden negar el acceso a mi país y a los estadounidenses tampoco les pueden negar el acceso a su país. Entonces también fue un ir y venir.
- Ha sido un reto porque la gente con doble ciudadanía puede pasar por la frontera porque ningún país quiere negar la entrada a sus ciudadanos.
- Otra cosa que está pasando en la frontera, pero de Texas, es este fenómeno fronterizo de la migración y que por mucho tiempo no lo vimos. Esta crisis no es nueva, es un fenómeno que venimos arrastrando desde hace generaciones y apenas ahora con esta pasada administración (Trump) y la actual (Biden) nos detenemos a ver qué está sucediendo con los migrantes que vienen a Estados Unidos. ¿Cómo se vivió esta presión de la emigración desde la Embajada en México?
- La migración ha sido un tema muy importante durante años, pero la situación ha ido cambiando también a través de los años. Algo bastante nuevo que hemos visto en estos últimos años es el gran flujo de personas de terceros países que vienen a México para tratar de entrar a Estados Unidos de forma irregular. Esto es realmente un nuevo reto para ambos países porque México tampoco quiere ser un imán para personas de todo el mundo. Cuando estuve como embajador en México, en las calles había gente de Haití, Kazajistán, Bangladesh, India, China. No es solamente un fenómeno mexicano-estadounidense sino ahora también es sobre los países centroamericanos. Esto de las caravanas es algo nuevo y creo que es importante tratar de desincentivar estos flujos migratorios irregulares. Se requiere agilizar los modos de cruzar la frontera de forma regular y de regularizar, o de crear mejores programas para que la gente pueda venir a trabajar con documentos en programas legales, como en su época fue el programa de los braceros. Esto lo platiqué con el presidente (Andrés Manuel) López Obrador. Creo que él también está de acuerdo.
- Recientemente publicó en The New York Times sobre la migración y el impacto económico que representa la demanda de mano laboral barata en Estados Unidos para que el fenómeno migratorio continúe en la frontera. ¿Cree que la economía es una motivación especial?
- Sí, creo que Estados Unidos no puede esperar otra vez que México solucione sus problemas. Creo que nosotros tenemos que hacer más de nuestro lado de la frontera para asegurarnos que nuestras empresas estén respetando nuestras leyes. Obviamente si hay buenos trabajos con buenos sueldos eso va a atraer a la gente. Hay que buscar una forma de desincentivar la migración indocumentada o irregular y al mismo tiempo agilizar los flujos de trabajo regulares y legales porque a nadie le conviene un sistema donde la gente tenga que trabajar en la sombra sin los derechos laborales que tendrían al trabajar de forma documentada. Como ya mencioné, fue interesante el programa Bracero, cuando todos esos obreros obtenían su Social Security porque trabajaban de manera legal. Cuando ese programa terminó, a mediados de los años ‘60, Estados Unidos envió dinero a México para que se responsabilizara de distribuir esos Social Security a los que habían participado en el programa. Ese dinero continuó hasta ahorita nomás, cuando se acabó el fideicomiso.
- ¿Qué puede señalar con respecto al sistema de migración por el que Estados Unidos no siempre le abre las puertas a niños que llegaron desde 2014 a la fecha y vienen huyendo de la violencia y de la pobreza en sus países de origen?
- Creo que el sistema está descompuesto. Creo que todos podemos estar de acuerdo en eso. Estados Unidos tiene que pensar en un sistema que sirva para la gente que está aquí en primer lugar. Esa es nuestra primera responsabilidad como en cualquier país: la seguridad y prosperidad de la gente que vive en el país. Lo que siempre hay que pensar es no crear más incentivos para que la gente venga de forma irregular. El tema se vuelve complicado. Ojalá se pudiera arreglar la situación de la gente que ya está en Estados Unidos, pero creo que va a ser muy difícil hacerlo si eso no es parte de una solución más global para controlar la entrada de más gente. Por eso, en su época César Chávez estaba en contra de la migración irregular, porque su preocupación era por la gente que estaba aquí. Siempre tenemos que pensar, si hacemos algunos cambios en la ley, qué incentivos vamos a crear. Por ejemplo, tenemos programas para no separar a los niños de los padres, obviamente eso es algo humanitario porque nadie quiere separar a los niños de los padres. Pero también puede haber abuso del sistema, porque encuentras gente alquila a niños en la frontera para pasar con ellos. Hasta un 40 por ciento de las veces hubo que tomar el ADN en la frontera porque niños que entraban con esta gente realmente no eran los hijos. Hay cosas terribles que están pasando. Creo que no hay ninguna duda de que este sistema ahora está incentivando esta inmigración irregular. Y hay gente desesperada, no creo para nada que sea mala gente. Esa gente quiere venir aquí por la misma razón que todos nuestros antepasados han querido venir aquí: encontrar una mejor vida para ellos y sus hijos. Pero también hay que tener ciertos controles. Por eso somos un país de inmigrantes. Hay que mejorar la situación de los que ya están aquí: esa debe ser nuestra primera preocupación.
- Según estudios, son entre 10 y 12 millones de personas las que necesitarían la regularización para poder salir de las sombras adentro de Estados Unidos. Y son miles las peticiones de asilo o refugio político que siguen pendientes en la frontera. México se convirtió en una especie de “coladera” de Estados Unidos durante algunos años, ¿no?
- El problema es que ha habido abusos del sistema de amnistía. Hay cierta gente que tiene un derecho legal a la amnistía, pero la amnistía es algo que se creó después de la Segunda Guerra cuando habían perseguido a gente por causa de su raza, religión. Pero no es que cualquier persona que venga de un lugar pobre tiene el derecho de asilo. El sistema de asilo también tiene que estar más controlado. Cuando vienen de repente cientos de miles de personas pidiendo el asilo, el sistema ya no puede procesar a todas esas personas de una vez. Aunque son temas complicados, creo que lo más importante es tratar de encontrar fórmulas para solucionar la situación de la gente que ya está aquí. Pero dudo que eso se pueda lograr sin tener al mismo tiempo un plan para controlar el flujo de más personas que quieren ingresar, porque al fin y al cabo si regularizas el estatus de gente eso va a atraer a más personas que van a decir: “mira, a mi primo le legalizaron”. Si no tienes un programa, es fácil decir “vamos a regularizar”. Eso lo probamos en los años ‘80. Creo que ese es el problema: no se puede solucionar parte del problema sin solucionar todo. Creo que ambos partidos lo tienen que ver. El presidente Donald Trump quería hacer progresos con los dreamers, pero al mismo tiempo quería desincentivar que haya más.