Mamá, salí del clóset
Invitamos a Dora Mejía, de Trans Queer Pueblo, a conversar con nosotros de inclusión y diversidad, pero sobre todo de su camino al entendimiento del género a través de los ojos de sus hijas.
¡Hola! Feliz lunes, ¿cómo estás? Hoy comenzamos la semana hablando de inclusión y diversidad. Después de muchas conversaciones -algunas acaloradas- en nuestra Hora del Cafecito en WhatsApp, invitamos a Dora Mejía, de Trans Queer Pueblo, a echarse un café con nosotros.
La mexicana nos contó de su jornada de aceptación familiar y cómo logró sacudirse tantos tabúes por su amor de madre. Ahora, a través del arte y de su propia experiencia, ayuda a otros padres a acompañar a sus hijos en su exploración y redescubrimiento. Gustavo Guirado nos tiene un resumen de nuestra charla.
Te mando un abrazo muy fuerte,
Maritza L. Félix
Fundadora de Conecta Arizona
“Cuando nos quitemos tabúes y pensamientos de apoderamiento sobre otras personas, viviremos más libres”
Por: Gustavo Guirado
¿Cuál es la diferencia entre género y sexo? ¿Qué características tiene la comunidad LGTBQ? ¿Existe un límite para la identidad de género? Estas fueron algunas de las preguntas que, en el grupo de WhatsApp de Conecta Arizona, respondió Dora Mejía, coordinadora del proyecto de aceptación familiar de Trans Queer Pueblo, una organización que en Phoenix promueve la inclusión y la diversidad sexual.
El testimonio personal y familiar de Mejía y sus reflexiones sobre inclusión, amor, religión y discriminación también formaron parte de la entrevista, en la que además explicó en qué consisten los talleres gratuitos de sanación que Trans Queer Pueblo realiza para madres de la comunidad latina que necesiten hablar del tema, compartir sus experiencias y buscar asesoramiento. Moderada por la periodista Maritza L. Félix, fundadora y directora de Conecta Arizona, la conversación con la audiencia fue la siguiente:
• ¿Qué diferencia existe entre el género y el sexo?
“Los géneros siempre han existido, pero cuando llegó la colonización a nuestros países se encargaron de desaparecerlos porque introdujeron lo que se llama el binario: hombre y mujer. Y claro que trajeron la religión donde también satanizaban a nuestras personas LGTBQ. Después de matanzas, masacres, y de meternos la religión a muerte y golpe, se empezó a ganar el camino hacia una binariedad que es con la que la construcción social llamada familia basa sus valores bajo el régimen de la religión, la política y algunos otros (factores). Básicamente nos borraron la historia. Por otra parte, sexo le llamamos a lo que traemos entre las piernas. Lo demás es sexualidad, que no tiene nada que ver. La identidad de género radica en nuestro cerebro, no en nuestros genitales. También es sabido que hay más de 500 personas entre tantas que nacen con ambos. Y no es imposición. Simplemente que para poder dar opiniones hay que conocer las historias antiguas de los que antes nos precedieron: cómo fueron los indígenas y cómo estas personas fueron las que abrieron paso para que nosotros existiéramos tal y como somos. Pero sin olvidar que cualquier ideología se mete a veces a golpes, como lo acabo de mencionar”.
• ¿Qué es el género fluido?
“Como personas heterosexuales estamos acostumbradas a llevar un rol: o eres mujer o eres hombre. Un género fluido simplemente se deja existir sin necesidad de un género. El amor es libre, no importa qué tengas entre las piernas, sino simplemente qué es lo que pienses y qué es lo que sientas. Nuestras identidades sexuales y nuestras identidades de género no tienen nada que ver con un rol”.
• ¿Qué significan las letras LGTBQ?
“Las personas L son lesbianas, las personas G son gays, las personas T son transexuales o transgéneros, las personas B son bisexuales y las personas Q son queers. Queers quiere decir que son raros, esa es la terminología que se utiliza; pero realmente queer significa que una persona puede amar, relacionarse, interrelacionarse con cualquier género”.
• Cuéntanos un poco más. ¿Entre la misma comunidad LGTBQ hay como cierta discriminación hacia las personas bisexuales, queers, transgéneros, transexuales?
“Las personas transgéneros son las que solamente se identifican en su mente y su sentir como que no caben en ese cuerpo, se ven como lo contrario. Las personas transexuales son las que ya han acudido a hacerse un cambio de sexo, una cirugía. Las personas queers son dos: por un lado, en la organización tomamos el queer como el raro, para reclamar su poder, para pelear por sus derechos; es como si me dijeras ‘soy prostituta, pero voy a luchar porque este es mi trabajo y si a ti no te gusta o no te parece es tu problema, es mi ideología’; por otro lado, también queer es como decir que se puede enamorar, interrelacionarse con todos los otros géneros. Me faltó mencionar que es verdad que las personas bisexuales son muy estigmatizadas por la comunidad LGTB porque los gays dicen ‘a mí me gustan los hombres, pero tú no estás definida qué te gusta’, las personas trans dicen ‘yo soy una mujer transgénero, me gustan los varones o soy una mujer transgénero lesbiana, pero tú no sabes qué te gusta’. Y la verdad es que sí saben qué les gusta: les gusta las dos personas. ¿Y por qué no, qué tiene? Les gustan los hombres y las mujeres. Y si prefiere más a uno que a otro, pues ¿qué más da?”.
• Cada quien es libre de pensar y sentirse como guste, pero en la identidad de género ¿dónde se establece el límite? Con respecto a personas que se identifican de una manera que podrían violentar la ley, ¿en qué punto establecemos el límite de hasta dónde puede llegar esa identidad? Por ejemplo, ¿un señor que se identifique como una niña tendría acceso a baños de niñas, a estar cerca de niños?
“Para empezar, si una persona se identifica como transgénero, no tiene acceso a los baños. ¿Por qué? Porque hay una ley, al menos aquí, que se llama Antes de entrar al baño enséñame tus papeles. Si una persona transgénero entra a un baño, claro que se va a ir a la cárcel. Ahora, está demostrado 100 por ciento que personas que abusan de niños y niñas son heterosexuales y hombres. Las identidades no tienen un límite. Tú puedes identificarte como tu cerebro y tu corazón te lo indiquen. El límite que siempre ha estado establecido es la política con las leyes. Hay muchísimas leyes. Hace dos años había una ley que me impedía dar talleres de identidad de género a maestros, en las escuelas. Yo digo: tienes que tener esta información para tener las herramientas si un niño te dice ‘me siento así, me identifico así, me veo diferente y me hacen bullying’”.
• ¿Cuál es tu opinión sobre el matrimonio igualitario?
“Creo que están en todo su derecho. ¿Por qué no? Si son personas que existen, como nosotres, nosotras, nosotros, ¿por qué no? Ellos también tienen obligaciones, tienen derechos igual que nosotros y, si se divorcian, también deberían tener prioridades como nosotros”.
• Hay padres que, al registrar a sus hijos, deciden no ponerle género para que los hijos decidan cuando sean grandes. ¿Es correcto eso? ¿O el niño tiene que ser educado de acuerdo a su sexo y que después decida?
“Si los padres han decidido no registrar al niño con un sexo, está bien, y que cuando él sea grande decida, me parece muy coherente. Creo que estamos muy acostumbrados a imponer algo, porque así hemos crecido y así crecieron nuestros papás y nuestros abuelos, y tal vez así van a crecer nuestros hijos: esto es rosa, esto es azul, esto es niña, esto es niño. Creo que, cuando empecemos a quitarnos tabúes y pensamientos de apoderamiento sobre otras personas, empezaremos a vivir con más libertad”.
• ¿El registro de sexo es basado en la parte biológica o mental?
“Si el registro es a tu niño, obviamente que va a ser por el lado sexual porque el niño todavía no está razonando y no dice ‘no, no soy niño, soy niña’”.
• Yo estoy de acuerdo (con las personas LGTBQ) mientras no se metan con uno. A veces siento que nos quieren obligar a aceptarlos y se burlan de nuestras creencias y pierden el respeto.
“Yo tenía ese pensamiento también. Yo decía: ‘yo acepto, mientras no se metan conmigo’. Pero, en este caso, imagínate al revés: nosotros nos burlamos de elles, ellas, ellos; nosotros obligamos a que acepten nuestra religión, que acepten nuestra familia y que acepten ser heterosexuales como somos nosotros. ¿Tienes el derecho de obligarlos y no darles el respeto para que ellos sean como quieran ser? No. Lo que damos, cuando lo recibimos, siempre nos parece mal. Entonces, si tú aprendes a aceptarlos, a darles el respeto y a no obligarlos y a no burlarte, va a estar mejor tu aceptación”.
• ¿Por qué te involucraste en este tema? ¿Tienes algún testimonio personal?
“Claro que sí. Tengo dos hijas LGTBQ. Una es bisexual, la otra es una chica queer. Y para tener las palabras puestas en este tema, claro que tuve que tener entrenamiento, claro que tuve que investigar por muchos años, claro que tuve que lidiar con una aceptación, pero sobre todo con el amor y con la religión, porque yo soy súper católica. Nada que ver con el amor que le tengo a mis hijas y la aceptación como seres humanos, como personas. Y claro que sí, mi testimonio personal es que cuando ellas salieron de su closet yo me amargué, lloré, grité, hasta que algo me impulsó. ¿Qué fue? Fue mi Dios, que me dijo: ‘no seas tonta, ponte a investigar y apoya a tus hijos, porque a qué los trajiste a este mundo. ¿A sufrir, a darles todo tu apoyo, qué cuentas me vas a entregar con esos tesoros que yo te entregué?’”.
• ¿A qué edad tus hijas definieron su identidad sexual?
“La primera, la más grande, tenía 17; y la otra desde los 10 años. Hoy tienen 29 años y 28, y soy abuela de dos niños, ya que una de mis hijas, como dije anteriormente, es bisexual”.
• ¿Cómo fue tu proceso de aceptación?
“Mi proceso de aceptación fue entre lágrimas y el seguir pensando que yo aceptaba a las personas mientras no se metieran conmigo y no tuvieran nada que ver. Yo tenía una mente muy abierta, pero cuando me tocó descubrí que era falsedad lo que yo pensaba. Porque en la Iglesia el Padre nos decía que los jotos (homosexuales; expresión despectiva y coloquial, según la RAE) se iban a ir al infierno, que eran hijos del diablo, y a mí esas palabras me retumbaron mucho en mi mente y en mis sentimientos cuando mis hijas ‘salieron del closet’. ¿Por qué? Yo las hice con tanto amor, son niñas estudiantes, van a la iglesia, tienen fe, ¿por qué van a ir al infierno? ¿Por qué son hijas del demonio? Dije no. No creo que una persona, un ser humano, que tiene carne y hueso y sangre como yo, esté enviando estos temas de odio a la gente. Eso es envenenar a las personas y seguir sumándole a su falta de seguir investigando, aceptando que somos diversos. Así como hay rojo, hay verde, azul, amarillo, ¿por qué no hay más diferentes a ti o a tu ideología? Fue un camino duro y espinoso el pelear con esos mensajes que el Padre decía, con los que yo pensaba que eran mis únicos amigos, el de la iglesia. La realidad es que eran una mafia. El mismo reconocimiento de mi ignorancia fue el que me apoyó y me empujó para empezar a investigar. El que era mi esposo me dijo: ‘es nuestra hija, si tú no la quieres apoyar, lo siento por ti, yo sí la voy a apoyar porque no traje a mi hija a sufrir a este mundo. Un hombre o una mujer, cuando sean sus parejas, no sé tal vez qué vida les vayan a dar como para que yo la siga condenando. No es mi papel porque no soy Dios’. Desde ahí abrí los ojos y dije: ‘tiene razón, es nuestra hija’. Caminamos con fe y aceptación, informando a la población y aprendiendo”.
• ¿Cómo haces para conciliar la Iglesia y la aceptación?
“Pues en el amor, en el amor. Porque la Biblia habla de amor, la Palabra de Dios habla de amor, Jesús habla de amor, la Virgen María parió por amor, aceptó por amor hasta la muerte de su hijo. Entonces, ¿cómo no voy a aceptar yo a mis hijas? De mí nacieron, yo las parí, yo las engendré. Si la Palabra habla de amor y en la Biblia solamente se pronuncia el pecado por personas LGTBQ como siete veces; al contrario que a las personas heterosexuales, Dios tenía mucha preocupación por nosotros. ¿Por qué? No lo sé. Pero lo que sí sé es que la fe no es una persona, un Padre. La fe no es un edificio. La fe nace de lo que tú crees dentro, de lo que tienes dentro y de lo que puedes dar. Y eso con la aceptación, es un ser humano, es mi hija. ¿Tú crees que no la voy a querer y voy a dar la vida por ella sea quien sea?”.
• No soy religioso ni estoy en ninguna religión, pero compaginar este tema con la religión es engañarse: hay pasajes de la Biblia que mencionan que los que practican esas cosas no heredarán el reino de Dios.
“Yo pienso que el reino de Dios está aquí y depende de cómo tú lo quieras erigir. También creo que lo que Dios practica es amor y esas cosas tienen nombre: se llaman identidad de género y sexualidad. Mientras queramos seguirnos tapando los ojos con una religiosidad falsa no vamos a estar viviendo el mundo real, y eso es también auto-engañarse. Entonces, si encuentras una mediación entre uno y otro tal vez sea posible que lleguemos a un compás para aceptar, sin dejar de lado nuestra fe y nuestra creencia”.
• Es difícil por una parte ya que se cree que Dios predica amor, pero a la vez en la Biblia dice otra cosa. ¿Se pone en duda lo que dice la Biblia, en todo caso?
“En la Biblia se habla de amor y Dios habla de amor y también habla de muchísimas cosas como violaciones, etc. No me atrevería a decir que pongo en duda lo que dice la Biblia. Hay varias controversias. Yo lo único que creo es que el amor debe predominar antes que los juicios de muerte que llevan a nuestros hijos a prostituirse, a ser borrachos, a que los vendan, a que los maten, a que los prostituyan. ¿Cuál es el caso de tener un hijo y no cuidarlo? Sea como te haya venido”.
• Hay padres católicos que, al tener un hijo homosexual, dicen: “te acepto, pero no ejerzas tu sexualidad”. ¿Cómo trabajar con esta familia, por ejemplo?
“El decir ‘te acepto’ sin trabajarlo es una mentira y no ejercer su sexualidad es como decirle ‘oye, no comas’. Porque nosotros nacimos del sexo, con el sexo, para el sexo. Entonces, ¿cómo trabajar con esta familia? Hay casos muy difíciles, tendrían que estar en muchos talleres, mucha terapia de aceptación y tal vez aun así les cueste mucho trabajo realmente aceptar. Cuando yo acepto quién tú eres, cómo eres, porque así lo has decidido, porque así naciste, bueno pues, no hay excusa”.
• ¿Cómo trabajan en la organización para ayudar a los papás y mamás a aceptar a sus hijos? ¿Cómo va ese lento y doloroso proceso para ellos?
“Yo personalmente les doy talleres sobre género e identidad. Después, si los papás están peleando por algún apoyo para mantenerse en el país les doy entrenamiento para cómo contestarle al juez, cómo presentarse ante él para auto-defenderse; también a los niños o niñas, a sus hijes que vengan con ellos. Además, tenemos otro proyecto que se llama Defensa Comunitaria, que también les apoya para poder tener su estatus y auto-defenderse ante el juez. Más que nada la información que estamos siempre dándoles a los papás es sobre los diferentes cambios con sus hijos, para que tengan buena comunicación. También les damos talleres de yoga, de creación literaria (los doy yo), de teatro, para que refuercen sus herramientas para poder auto-defenderse y defender a sus hijos en la calle de las personas, porque nuestra comunidad es muy, muy, muy machista y entonces tenemos que tener todas esas herramientas”.
• ¿Tienen precio los talleres?
“No, son completamente gratis. Hace unos años, yo estudié en México teatro, danza, literatura y aún sigo tomando talleres de todo tipo: de creación literaria, estoy en una compañía de teatro contratada como actriz. También doy estos talleres porque nuestras experiencias, nuestras vidas, muchas veces están llenas de muchísimas cosas que hay que sanar y que no te dejan seguir. A veces están ahí anclándote. Estos talleres son para mamás. Si te identificas como mujer o como mamá, adelante”.
• ¿Qué me dices del apoyo mental o emocional para los jóvenes y los padres?
“Apoyo para los padres: personalmente yo doy talleres para apoyar la salud mental y sentimental, para los papás y los jovencitos. Pero si vemos que necesitamos una herramienta más fuerte que nos apoye, claro que sí, tenemos muchas organizaciones que nos apoyan, como Chicanos por la Causa. Así que, definitivamente, en la organización vamos a proveerles todo lo que necesiten”.
• Vivo en Sonora y mi abuelito es muy machista: no tolera la idea de que no me quiero casar ni tener hijos, de que soy mujer y tengo novia y que además participo en todas las marchas y soy muy feminista. He intentado de todo para que me entienda. ¿Qué me sugieres que haga? ¿Cómo le puedo llegar?
“Es un caso que vemos mucho. Las personas más viejas tenemos muy arraigado todo esto del machismo y todo lo que nos dejó de herencia la colonización. Lo que siempre les digo a las personas que ya están un poco más grandes es que tú tienes que vivir tu vida. Nadie puede vivir tu vida por ti. Tú no vas a cambiar al mundo y no vas a cambiar a tu abuelito, porque él ya está así, en ese cascarón. ¿Qué puedes hacer? Tolerarlo, amarlo y estar con él. De ahí para afuera no puedes cambiarlo. Lo único que tienes que hacer es hacer tu vida como tú lo quieres hacer, como a ti te gusta, con las decisiones que tú tomes. Y claro, cada una de las decisiones que tomes llevará aparte de su proceso personas que irán quedando en el camino, y no debes cargar con eso. Siempre ten el pensamiento de que es tu vida, tú viniste al mundo para vivir y nadie va a vivir por ti. Muchas veces, sin necesidad de ser personas LGTBQ, nuestros padres, nuestros familiares nos critican o nos alejan. Es normal, así es la construcción social de la familia. Entonces, tú no puedes cambiar a tu abuelito. Dale todo el amor y el apoyo, pero haz tu vida”.
• ¿En dónde podemos seguirte? ¿Cómo hacemos para ponernos en contacto contigo?
“Estoy en la página que se llama Trans Queer Pueblo (www.tqpueblo.org/, https://www.facebook.com/transqueerpueblo/), porque somos un pueblo, estamos en él, vivimos juntos todos, todes. También en Facebook soy ‘MejiaDora’, en Instagram soy ‘sawathecat’. Mi teléfono, si gustan información, es 602.600.5687 y el correo electrónico es doloresgaspar@gmail.com. Mi propósito, el que Dios me dio, es estar, informarme y seguir apoyando. Y sigo en esa fe”.
Lo importante es entender las relaciones humanas y de ahí se deriva la tolerancia y el respeto hacia los demás. Se debe entender que el respeto es recíproco. Seguido de los principios y valores. Lamentablemente hay comunidades que sus ideas están muy arraigadas es ahí donde es difícil que entiendan a estas personas.
Un tema que no tiene un únicio y un final. Y en ese tramo se pierde el respeto hacia los demás.