¡Qué alguien me explique!
El doctor Juan Gea Banacloche, de la Clínica de Investigaciones y Colaboraciones del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, nos responde todas las dudas de la vacuna Covid-19.
¡Hola!
Es tanto lo que oímos de las vacunas en contra del coronavirus que a veces nos hacemos bolas. Por eso, es importante que pidamos información directamente de los expertos. Ayer, en nuestro show de radio de La Hora del Cafecito de Conecta Arizona, nos enlazamos hasta Washington, D. C. para hablar con el doctor Gea Banacloche, quien además de trabajar en el Instituto Nacional de Salud, participó en el mito de aprobación de la vacuna Pfizer con la FDA.
Con una paciencia increíble y palabras sencillas, el doctor nos respondió las dudas más comunes de la efectividad, la inmunidad, la mezcla de diferentes vacunas, el impacto en la salud de los niños y más.
Si tienes tiempo, aquí te dejamos el programa de radio que lo veas o escuches.
Si lo prefieres, Gustavo Guirado nos hizo un resumen de la entrevista con lo más importante.
¡Gracias por su sintonía!
Maritza L. Félix
Fundadora de Conecta Arizona
“Las vacunas son extraordinariamente eficaces”
Por: Gustavo Guirado
“Las vacunas son extraordinariamente eficaces, basado en la eficacia no hay absolutamente ninguna razón para no vacunarse. Son muy, muy eficaces”. La definición pertenece al médico Juan Gea Banacloche, de la Clínica de Investigaciones y Colaboraciones del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, con sede en Washington DC, quien despejó las dudas en relación a la seguridad y efectividad de las vacunas Pfizer y Moderna, que se producen y aplican en Estados Unidos, y recomendó vacunarse.
“Las vacunas Pfizer y Moderna son tan próximas al 100 por ciento de eficacia como cualquier vacuna que hayamos tenido”, señaló el especialista, que integra el panel de expertos que asesoró a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) para aprobar la vacuna de Pfizer. En este sentido, destacó además la aprobación del uso de las vacunas en adolescentes de 12 a 15 años y estimó que seguramente también será favorable su aplicación a menores de esa franja etaria, aunque aclaró que los resultados de las investigaciones aún no están disponibles.
“Las compañías están haciendo estudios en pacientes más jóvenes, pero esos resultados van a tardar un poco más y creo que no sabremos nada hasta probablemente cerca de final de año. A priori, no hay ninguna razón para pensar que los resultados van a ser diferentes en el sentido de que lo que sabemos de la biología entre los niños más pequeños y los niños de entre 12 y 15 años nos hace suponer que las vacunas que funcionan y son seguras en unos también funcionarán y serán seguras en otros. Pero los datos todavía no están disponibles”, señaló.
En declaraciones al programa de radio La Hora del Cafecito, de Conecta Arizona, Gea Banacloche recordó que la vacuna Pfizer que se aplica a los adolescentes de 12 a 15 años –es la misma dosis que reciben los adultos- fue autorizada para esa franja etaria porque “no hubo ningún solo caso de Covid después de la segunda dosis en los mil adolescentes que la recibieron” en el proceso de prueba. “Es decir que, en ese caso, sí que fue cien por cien eficaz. Y, en adultos, la eficacia de la vacuna a la hora de prevenir cualquier episodio de Covid después de la segunda dosis es de entre un 93% y un 95%”, especificó.
Con respecto a ese margen de entre 5% y 7% de supuesta vulnerabilidad, respondió: “Una vez que te infectas con coronavirus no sabes qué te va a pasar. Sabemos que las personas mayores tienen más riesgo de fallecimiento, como las que tienen obesidad, diabetes o hipertensión, pero es imposible saber, una vez que tienes Covid, si eres uno de la mayoría que tiene la enfermedad extraordinariamente leve o si vas a estar en ese pequeño porcentaje que va a necesitar ingresar en el hospital e ir a una unidad de cuidados intensivos. Las estadísticas están a tu favor porque la mayoría de quienes tienen Covid se recuperan sin secuelas. Pero algunos fallecen y otros que se recuperan no lo hacen del todo. O sea que pensar que el Covid no me va a producir ningún problema porque soy relativamente joven y sano es ser un poco ingenuo”.
“Con respecto a lo que sabemos y no, la vacuna es muy eficaz y los efectos secundarios son leves y duran pocos días. El beneficio de la vacuna supera con creces cualquier efecto secundario. Vacunarse es claramente una decisión muy fácil, que he tomado personalmente con mi familia. A todas las personas le digo lo mismo: esta es una vacuna muy eficaz, te protege de una enfermedad que puede ser no solo mortal, sino que en muchos casos puede ser una causa de secuelas importantes que duran muchos meses. Entonces, yo no soy capaz de entender cuáles son las razones de fondo por las cuales segmentos importantes de la población no quieren vacunarse”, agregó Gea Banacloche, que es español y también forma parte del Instituto Nacional de la Salud.
El especialista también explicó que la información con la que cuentan “se acrecienta día a día” porque aún el proceso de investigación sobre los posibles efectos secundarios de la vacuna está abierto y permanecerá de ese modo por dos años desde que comenzó. “Saber las cosas cuesta mucho trabajo. Para saber si la vacuna funciona o no funciona, se la dimos a grupos de personas a las que sigues meses y meses, a quienes les preguntas por los efectos secundarios. Al cabo de seis meses, obtuvimos información suficiente como para saber si las vacunas eran seguras. En seis meses se vio que las vacunas eran muy seguras, pero recién dentro de algunos meses sabremos mucho mejor si hay efectos secundarios. Esa es la distinción fundamental que hay entre lo que tenemos ahora, que es la autorización para el uso de emergencia, y la aprobación final de la FDA, que no tendrá lugar hasta pasados los dos años desde que se iniciaron los estudios”, explicó.
El especialista resaltó en este punto el carácter provisional del conocimiento científico sobre las vacunas. “No hay que apresurar el proceso, pero al mismo tiempo uno puede decir ciertas cosas basado en lo que sabemos de las otras vacunas. En otras vacunas sabemos que la gran mayoría de los efectos secundarios (el 98%) aparecen en las primeras seis semanas (después de su colocación). ¿Qué quiere decir eso? Que no es imposible que haya efectos secundarios más tardíos, pero es muy improbable, basado en el estado de la ciencia”, destacó.
“Si tenemos una pandemia y tenemos una vacuna que parece muy segura basado en lo que sabemos de otras vacunas, con esas dos piezas de información podemos decir que de acuerdo a muestro conocimiento actual el beneficio de la vacuna supera el riesgo. Eso es lo que dijimos en el panel que asesoró a la FDA: con toda la información que tenemos, la impresión es que los potenciales beneficios de estas vacunas superan con creces el riesgo que las vacunas pueden suponer”, resumió.
A continuación, Gea Banacloche se refirió a preguntas específicas de la audiencia de Conecta Arizona:
• ¿Hay que continuar usando cubrebocas?
“Tenemos que ser cautelosos con las recomendaciones. Hay cosas que sabemos muy bien y cosas que intuimos o que nos parece que podemos predecir en base a lo que sabemos. La recomendación de no utilizar más el cubrebocas no está basado en que el cubrebocas no funcione, sino que se basa en que, si hay muy poca gente infectada de coronavirus, la protección adicional que ofrece el cubrebocas será cada vez menor. No es que no sepamos si el cubrebocas funciona o no. Sí que funciona, pero llega un momento en el que, si estás en una habitación con 100 personas y ninguna tiene Covid, llevar cubrebocas o no, no va a causar ninguna diferencia. Cuando la proporción de gente con Covid empieza a ser muy baja, en algún momento uno puede decir que ya no merece la pena utilizar el cubrebocas porque ofrece muy poco beneficio adicional. Cuando uno está en una situación en la que las personas que lo rodean sí tienen Covid o tienen riesgo de tener Covid, uno todavía se puede infectar”.
• ¿Cómo se puede proteger a los niños si aún no están vacunados y su familia (padres y hermanos mayores) sí?
“Lo importante que hemos aprendido es que las vacunas no solo previenen la enfermedad del Covid sino que también previenen la infección con el virus y la transmisión del virus. De manera que si estás vacunado no puedes transmitir Covid a nadie. Entonces, desde el punto de vista de una unidad familiar, donde cuatro personas pueden vacunarse y el niño pequeño no se puede vacunar, lo que sabemos es que, si las cuatro personas se vacunaron, el niño pequeño no va a poder adquirir el Covid dentro de la casa o en interacciones con su familia. ¿Cuáles son las interacciones que quedan? Las interacciones con personas que no están vacunadas y que por tanto pueden infectarse con el virus y lo pueden transmitir. Ahí sí que no hay ninguna magia. Lo que ha funcionado a lo largo de todos estos meses es que, si uno mantiene una distancia física con personas que pueden tener Covid, uno no se infecta. Ese es siempre un mecanismo que se puede utilizar. Pero en general, desde el punto de vista de las familias, lo que uno puede ir haciendo es ir aumentando esa burbuja protectora, personas con las que uno se relaciona, hasta asegurarse de que todo el mundo que te rodea, o casi todos, dentro de lo posible, estén vacunados, porque eso es lo que te va a proteger. No interaccionar, no tener relaciones próximas desde el punto de vista físico con personas que no están vacunadas y que pueden tener riesgo de tener el virus”.
• ¿Cuándo sabemos que se acabó la inmunidad de esta vacuna y si se va a necesitar una tercera dosis?
“No lo sabemos todavía, pero probablemente se necesite una tercera dosis. No lo sabemos todavía porque, en los próximos dos años, vamos a estar recibiendo información de las personas que se enrolaron para los estudios de las vacunas. En algún momento es posible que descubramos que las personas que recibieron la vacuna en marzo o abril del año pasado, ahora en mayo de este año empiezan a infectarse con Covid nuevamente. Y entonces decimos: ‘pero resulta que la protección de la vacuna dura solamente un año’. Ahora mismo estamos bastante seguros de que la protección de la vacuna dura por lo menos 6 meses y probablemente hasta 9 meses, pero como no hemos dado las vacunas durante el tiempo suficiente no sabemos si la protección va a durar más o no. Y por la misma razón no sabemos cuándo va a hacer falta una tercera dosis o siquiera si va a hacer falta. Mi predicción, pero esto es una opinión a título individual, es que sí, que nos hará falta (una tercera dosis) o un refuerzo de la vacuna anualmente. Pero eso no debería de ser una sorpresa grande para nadie, porque todos los años nos vacunamos de la gripe y no le damos muchas vueltas, ya es una cosa a la que nos hemos acostumbrado”.
• Una persona se vacunó con una vacuna de baja efectividad y ahora quiere colocarse una vacuna considerada de alta efectividad. ¿Puede hacerlo?
“Por lo que sabemos se puede hacer. Lo que pasa es que los datos que tenemos sobre esto no son muchos. En principio, no parece que haya una contraindicación a mezclar vacunas diferentes. Pero como no sabemos, tenemos que ser cautelosos. No lo sabemos. En principio no debería haber ningún problema. Lo que sabemos es que las vacunas son muy potentes, generan una respuesta inmune muy fuerte y lo que hemos aprendido es que personas que tuvieron Covid recientemente pueden tener una reacción más severa cuando reciben la vacuna. De manera que, y esta es una opinión personal, yo recomendaría que no se mezclen las vacunas hasta que hayan pasado por lo menos tres meses desde que recibió cualquier vacuna que haya recibido. No mezclaría vacunas con menos de 90 días de separación entre una y otra. Es una opinión personal que no refleja la postura oficial de los estudios nacionales de la salud o de la FDA, que lo que dicen es que no sabemos”.
• ¿Por qué aún existe disparidad en la vacunación con los hispanos en Estados Unidos, que son uno de los grupos con menor índice de vacunación?
“Me gustaría tener una respuesta, pero no es un tema en el que me sienta lo suficientemente experto como para dar una opinión. Sé lo mismo que sabemos todos. El porcentaje de hispanos que participaron en los estudios (por la efectividad de la vacuna) refleja muy adecuadamente el porcentaje de hispanos en la población general, de entre un 20% y un 25%. Eso debería ofrecer la confianza a toda la población de que son personas como yo las que participaron en estos estudios y esos datos de eficacia y seguridad de la vacuna se le deberían aplicar. Por qué una importante fracción de personas hispanas no se quieren vacunar es algo que personalmente no sé”.