Violencia doméstica: ¡Basta!
Veinte personas por minuto son abusadas físicamente por su cónyuge y la mayoría son mujeres; pero no es el único maltrato que sufren, también son víctimas de precariedad laboral y una brecha salarial
¡Hola! ¿Cómo estás? Este jueves queremos hablar de temas muy fuertes: la violencia doméstica, la mala paga a mujeres en sus trabajos y el matrimonio igualitario en Sonora. Hay números que muestran la gravedad de estos problemas sociales, pero las historias detrás de las estadísticas son mucho más poderosas. ¿Nos acompañas a escucharlas y leerlas?
Puedes escuchar nuestro programa de radio La Hora del Cafecito en la Onda 1190 AM aquí o te invitamos a leer el resumen que Gustavo Guirado nos preparó como cada semana.
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Te apapacho,
Maritza L. Félix
Fundadora de Conecta Arizona
Ofrecen en Phoenix refugio y ayuda psicológica, laboral y legal a las víctimas de violencia doméstica
Por: Gustavo Guirado
La organización Chicanos por la Causa, de Phoenix, ofrece a las víctimas de violencia doméstica un albergue en el que reciben a familias enteras, especialmente mujeres y niños migrantes y de la comunidad hispana, para darles contención emocional y psicológica, ayuda para superar traumas y asistencia legal, migratoria y de búsqueda de trabajo y vivienda. La institución, además, funciona como refugio para quienes atraviesan este tipo de situaciones, que ponen en peligro la salud y, en ocasiones, hasta la vida misma.
El albergue se llama De Colores y, según explicó su coordinadora, Cindy García, también tiene disponible una línea de emergencia para las víctimas (número 602.269.1515), que es bilingüe y funciona las 24 horas. “Los servicios en el albergue son para toda la familia. Desde el momento en que alguien viene, oímos los traumas, porque todos vienen con un trauma, y muy pesado para la familia. El trauma es diferente para cada persona”, explicó García, en declaraciones a La Hora del Cafecito, el programa de radio de Conecta Arizona, al recordar que octubre es el mes de la prevención contra la violencia doméstica.
Entrevistada por Maritza L. Félix, directora y fundadora de Conecta Arizona, García precisó que los casos de violencia doméstica aumentaron durante la pandemia, cuando la víctima y el victimario debieron pasar más tiempo juntos en las casas. Según el Centro de Violencia Doméstica de Estados Unidos, aproximadamente 20 personas por minuto son abusadas físicamente por su cónyuge y, de estas, 1 de cada 4 mujeres (y 1 de cada 9 hombres) sufre violencia doméstica en algún momento de su vida, ya sea acoso, abuso o maltrato por parte de sus parejas. Las estadísticas, además, indican que al menos 1 de 7 mujeres fue dañada físicamente, maltratada, golpeada o violada por su pareja.
“La mejor manera de identificar violencia doméstica es cuando una persona quiere tomar poder sobre otra persona. La manera en que hace eso es con el temor, el miedo, que no solo es físicamente. Normalmente muchas personas piensan que violencia doméstica es nada más físicamente, pero lo que de verdad duele son las palabras. Normalmente, en una pareja saludable no está eso: uno va a ser su mejor porrista en la vida. Cuando la autoestima de uno está tan baja y la pareja está causando eso, puede ser que sea violencia doméstica”, dijo García al explicar cómo identificar este tipo de situaciones.
La coordinadora del albergue de Chicanos por la Causa (https://cplc.org/) señaló que para que las víctimas de violencia doméstica puedan salir de las situaciones en las que se encuentran “es muy importante hacer un plan de seguridad y organizar todos los documentos que uno necesita”, es decir la documentación legal, y que en ese punto puede ser de ayuda el servicio que ofrece De Colores, cuyos programas de asistencia están pensados para que las víctimas “agarren más poder” frente al victimario y puedan escapar de esas situaciones.
“Para empezar a hacer un plan de seguridad lo mejor sería si uno tiene familiares o amigos a quienes les puede enviar un texto o llamar bien rápido si algo pasa y no alcanza a llamar al 911. También, si un día por ejemplo el marido va al trabajo y tiene un par de horas para planear qué hacer, puede llamar a la Línea Caliente de De Colores (602.269.1515), abierta 24 horas y donde siempre hay alguien que habla español, porque todos los que contestamos el teléfono somos bilingües. Otro número para alguien que está pidiendo refugio es 480.890.3039. Nuestra meta, cuando hay una llamada en la Línea Caliente, es ayudar a esa persona lo más que podamos”, detalló García.
“El primer paso es llamar. Pero si uno no puede hacerlo, hay que buscar otras maneras, como WhatsApp, o contactarse con alguien que pueda hacer la llamada por uno y entonces ahí mismo le podemos ayudar a hacer un plan de seguridad. De Colores no es nada más un refugio: tenemos también servicios de la comunidad. Y es refugio si uno no tiene a dónde ir, si necesita esconderse, porque las direcciones son confidenciales y entonces uno puede ir ahí para quedarse a salvo”, explicó la coordinadora del albergue.
“Uno no lo tiene que hacer solo, hay ayuda para hacerlo y hay también personas, un gran equipo de personas, que pueden ayudar. Si alguien entra a De Colores va a tener una asesora de casos, le van a dar alguien que le pueda ayudar con las documentaciones legales, que es muy importante, especialmente cuando se refiere a la emigración, a un divorcio, a la custodia de los niños, para buscar trabajo o buscar hogar. Ya sé que hay muchos pasos, pero todo vale la pena para poder vivir a gusto, a salvo. Uno no tiene que vivir así (en medio de la violencia), es importante que uno tenga el amor para uno mismo también. Uno se merece vivir bien, feliz y en paz”, agregó.
En el albergue, el proceso integral de reincorporación social puede durar meses o años. “El trauma es diferente para cada persona, para un niño va a ser diferente que para otro. A veces, cuando llegan al refugio es cuando salen todas las emociones. Tenemos una trabajadora social para los niños, terapistas, consejeras que se especializan en traumas. También, para los niños que salen del refugio, tenemos un centro que ahorita está llenísimo y donde están felices. Es tan importante que ellos tengan un lugar donde se sientan seguros. Tal vez, para ellos esa es la primera vez que se sienten seguros, donde pueden respirar y ser ellos mismos, porque cuando los niños ven este tipo de abuso (la violencia doméstica) viven con miedo. Al venir a un refugio sienten el amor, el cariño. Eso es muy importante para nosotros, que se sientan bienvenidos”, detalló García.
Según se observa en casos frecuentes, la decisión de la víctima de irse de la casa a veces se demora por diferentes motivos: porque el abuso puede ser económico (con pensamientos como de qué voy a vivir, quién me va a mantener) o emocional (qué voy a hacer sin él, me va a ir a buscar y se agravará la situación), porque se normaliza la situación de violencia, por cuestiones culturales relacionadas con la crianza (la mujer siempre tiene que ser fuerte, es la amalgama del hogar, debe aguantar todo por los hijos) o también porque la víctima teme llamar a la policía por la situación migratoria o porque aún siente compasión por el abusador (qué es lo que le va a pasar, por qué le voy a hacer el trauma a mis hijos de que vean esta escena).
“El momento más peligroso para una víctima de violencia doméstica es cuando decide irse (de la casa). Por eso mucha gente no se va. Porque cuando una víctima de violencia doméstica decide irse de esa relación, el abusador pierde el poder y eso no le gusta. He visto muchos casos en los que es aquí cuando se pone más peligroso para la víctima y hasta puede haber muerte. El caso puede acelerarse, aunque sea un abusador que nunca le haya pegado. Perder el poder es muy difícil para un abusador”, explicó García.
Es por eso que hay mujeres que ingresan al programa de Chicanos por la Causa y luego terminan volviendo a sus hogares, por temor y miedo. “Es muy común y hay estadísticas que dicen que regresan 7 veces antes de irse para siempre, en forma permanente, de ese hogar. Son muchas veces. Pero es importante que sepan que estamos aquí siempre por ellas, sin juzgar si se fueron o volvieron porque entendemos las dinámicas de las relaciones y que a veces tienen que regresar para sentirse más seguras. Si el abusador les está amenazando de muerte, ¿cómo no van a regresar? O si amenazan de muerte a sus familiares, o que les van a quitar a los niños, o que van a llamar a Inmigración para que las venga a recoger. A eso le teme uno”, describió la coordinadora.
“Pero en De Colores, las víctimas ven que tienen derechos. Cuando nosotros les decimos todos los derechos que tienen, es como que hay un realivio y dicen ‘oh my God, sí lo puedo hacer, puedo salir de esto’. Siempre les enseñamos también las historias de las mujeres que han estado ahí antes que ellas y que lo han logrado, que sí se puede. Sí demora mucho tiempo porque las cosas legales ahorita tardan demasiado y entonces es normal que alguien se desespere, pero ahí estamos para echarles porras y para seguir con los casos, porque sí lo pueden lograr”, destacó García.
La coordinadora del albergue, finalmente, confirmó las estadísticas de reportes policiales que indican un aumento de los casos de violencia doméstica durante la pandemia debido a la convivencia obligada en el hogar. “Muchas parejas han tenido que quedarse en casa, no han podido ir al trabajo, mucha gente ha perdido su trabajo también y entonces esto ha elevado el estrés entre familias, por motivos económicos. Ha sido una temporada muy difícil. Si ya había violencia doméstica en esa pareja, eso se ha hecho más peligroso todavía porque las víctimas de violencia doméstica no han podido salir de sus hogares, donde está el abusador. El abusador ahora trabaja desde casa o perdió su trabajo, pero está en casa, entonces tiene como más poder sobre la pareja”, analizó.
Para empezar a disminuir la brecha salarial con las mujeres, aconsejan hablar abiertamente de salarios
La discriminación salarial que en Estados Unidos afecta a las mujeres de la comunidad latina, que en promedio ganan 45 por ciento menos que los hombres, podría comenzar a revertirse si se habla más abiertamente del tema y si las mujeres comienzan, en la medida de lo posible, a reclamar a sus empleadores con más énfasis por un salario equitativo en relación con el que perciben los hombres en los mismos puestos y por las mismas responsabilidades, formación y experiencia laboral.
Así lo afirmó la periodista latina Claudia Tristán, quien trabaja en la organización hispana Mamás con Poder (www.mamasconpoder.org/), que promueve el pago de un salario justo e impulsa iniciativas legales ante el Congreso, entre otros temas relacionados con la maternidad, el empleo, la salud, el cuidado infantil, la educación, la prevención de violencia, la reforma migratoria y la comida saludable para los niños.
En el contexto del Día de Equidad Salarial para las latinas, que se celebra cada 21 de octubre, Mamás con Poder “hace todo lo posible por cerrar esta brecha de desigualdad de pago” y reclama ante el Congreso la aprobación del Acta de Justicia de Pago de Salarios, según señala la organización en su página web. Allí también solicita al Departamento de Trabajo que distribuya una encuesta de información de compensación, a la que considera “esencial para darle a los empleados y dueños de negocios la información que necesitan para frenar la discriminación de pago de salarios”.
En declaraciones a La Hora del Cafecito, el programa de radio de Conecta Arizona, Tristán afirmó: “Siempre, cuando hablo de este tema, me preguntan cuál es la solución y digo que la solución más inmediata que tenemos en este momento es que hablen con sus colegas sobre los salarios que están recibiendo en este momento y los beneficios, para que todos estemos en la misma situación. Y eso se los digo, específicamente, a los hombres: si realmente nos quieren ayudar, si realmente quieren ser parte de la solución, por favor hablen con sus colegas sobre sus salarios. Es lo más importante, lo más rápido y lo más fácil que se puede hacer para empezar el camino hacia una solución sobre este tema”.
Mamás con Poder es la organización latina derivada de Moms Rising (www.momsrising.org/blog/) y, en su página web, analiza la situación de la brecha salarial en Estados Unidos: “Sin importar el hecho de que el Acta de Igualdad en las Remuneraciones fue aprobada hace ya 50 años, la brecha de diferencia en pago persiste y las mujeres aún reciben un promedio de 23 por ciento menos que los hombres en los mismos empleos. Las mujeres de minorías sufren aún más esta desigualdad de pago. Aunque las mujeres afroamericanas y latinas trabajen tiempo completo todo el año, ellas solo ganan 64 y 55 centavos, respectivamente, por cada dólar que ganan los hombres blancos que no son latinos. Además, la mayor fuente para predecir la discriminación en pago de salarios es si la mujer es madre o no. Así, madres de todas las razas y etnicidades ganan menos que aquellas que no lo son, inclusive cuando hacen el mismo trabajo”.
Entrevistada por Maritza L. Félix, directora y fundadora de Conecta Arizona, Tristán contó su propia experiencia de discriminación laboral con su salario. “De hecho, no me di cuenta de ese problema hasta después de que dejé esa oficina, y fue porque otra colega de esa oficina estaba empezando su propia investigación. Ella y yo trabajábamos en la misma oficina, pero teníamos diferentes títulos y responsabilidades, y ella se había dado cuenta de que había un problema en el salario que estaba recibiendo. Empezó a investigar y a preguntarles a todos en la oficina, hasta a exempleados, y se dio cuenta de que a mí me habían pagado mucho menos de lo que le habían pagado a otro hombre en la oficina, que tenía el mismo título y responsabilidades”, recordó.
“Estaba enojadísima: uno nunca espera tener que pasar por eso, mucho menos en los tiempos que estamos. Yo apenas llevo 7 u 8 años de carrera, así que esto no fue hace 50 años; no fue en 1950, cuando quizás estas historias eran más comunes. Fue apenas hace poco. La verdad, estaba súper molesta, enojada y frustrada. Yo había dedicado lo mejor de mí y de mi tiempo a ese trabajo, a esa oficina y así es como me habían tratado, sin que yo me diera cuenta en ese momento cuando estaba todavía trabajando allí”, agregó.
Desde entonces, Tristán habla libremente sobre dinero y salarios en su nuevo trabajo, según comentó. Además, para intentar comenzar a cerrar esta brecha salarial con los hombres, propuso como primera medida “hablar con los colegas sobre el salario que estás ganando y el que ellos están ganando, y que sean honestos”. “Yo sé que es un poco vergonzoso o quizás no se habla mucho de dinero en nuestras comunidades latinas, pero esa es la solución más inmediata que tenemos en nuestras manos”, sostuvo, en referencia a que por muchos años hablar de dinero y de cuál es el salario no se consideró de buena educación entre la cultura hispana.
En este sentido, señaló que “también es importante buscar la oportunidad de negociar” los salarios en mejores condiciones con el empleador o jefe. “Yo les recomiendo que negocien no sólo al principio de sus contratos de trabajo sino también durante sus contratos de trabajo. Si ya llevas seis meses allí y has visto que tu trabajo ha cambiado y has tenido que hacer mucho más allá de lo que habías firmado en el contrato, entra a la oficina de tu director o jefe y dile: ‘me merezco más dinero porque estoy haciendo tal cosa más que no estaba haciendo antes’. Creo que también nosotras tenemos que hablar por nosotras mismas y defendernos”, indicó Tristán.
“Yo les diría, primero, que tengan coraje para poder decirle al jefe o a quien les está ofreciendo el trabajo que merecen más de lo que les están ofreciendo en ese momento. Además, no entren a negociaciones sin saber ya un número que quieran obtener y que ese sea su límite más bajo, que eso sea lo último que van a aceptar. Tienes que tener el coraje para entrar a esa junta con confianza y empezar las negociaciones. Sé que es bastante difícil y, si estás en una posición donde necesitas ese trabajo para salir adelante, sé que aún estarás más nerviosa. Pero tenemos que entrar con confianza a esas juntas. Eso es lo más importante que se puede hacer cuando uno está empezando esas negociaciones. Tener coraje, confianza para poder respetarse a una misma y pedir el dinero que se merece”, agregó.
Finalmente, Tristán analizó otros tres factores que inciden en la brecha salarial: la maternidad, las mujeres en puestos de dirección y la transparencia de las organizaciones. Sobre el hecho de que las mujeres deben lidiar no solo con sus trabajos sino también con la crianza de los hijos, la periodista dijo que en la comunidad latina “desafortunadamente hay un problema cultural en honrar a las mamás que están haciendo de todo”. “Hay una revolución entre las mamás. Por eso también estamos pidiendo las propuestas de ley sobre Reconciliación que están ahora en el Congreso, que también incluyen el cuidado infantil. Es sumamente importante respetar a las mujeres que tienen hijos pequeños y que aún quieren contribuir a sus comunidades por medio de sus carreras”, afirmó.
En relación a la presencia de mujeres en puestos de poder y liderazgo en las organizaciones, Tristán consideró que no es un factor decisivo para marcar el fin de las situaciones de discriminación salarial. “Lo que yo he visto y pasado también fue cuando he tenido mujeres en posiciones de liderazgo. Pero sea lo que sea, tengo fe en nuestra comunidad latina, en que las mujeres salgan adelante al escuchar historias como esta y hagan un cambio, que sean el cambio en sus oficinas y en sus corporaciones, que lo hagan por el bien de toda la comunidad”, señaló.
Por último, insistió en que el diálogo en las oficinas es un modo de promover la transparencia en las organizaciones. “Platicar con los colegas sería lo más fácil y rápido que se puede hacer en este momento. Así es como yo me di cuenta, cuando le dije a mi amiga y excolega que ganaba tanto y ella me dijo: ‘¿sabes que estás ganando mucho menos que Fulanito, que apenas salió de la universidad, este fue su primer trabajo y no habla español mientras tú tenías años de experiencia, eres bilingüe y tenías una maestría?’. Eso me impactó. Sé que es súper difícil tener estas conversaciones y que ahora que no estoy en la oficina es más fácil hablar libremente sobre mi salario de esa época, pero desde entonces, desde que fui víctima de ello, hablo de mi salario muy libremente. Es más importante que todos tengamos esa equidad en lugar de tener ese temor, el tabú de hablar del salario”, concluyó.
Aprobación del matrimonio igualitario en Sonora: afirman que “la lucha ha sido muy intensa”
La aprobación legal del matrimonio igualitario en Sonora, México, votada por el Congreso en septiembre, expuso a la sociedad sonorense a “una lucha que ha sido muy intensa, sobre todo entre la comunidad LGBTIQ+ y entre la gente que está a favor de la forma tradicional de familia”, es decir la unión matrimonial entre una mujer y un hombre, señaló la catedrática mexicana María Elena Carrera, de la Universidad de Sonora (UNISON).
“Es un tema muy polémico porque es una larga lucha de la comunidad LGBTIQ+ y en Sonora, culturalmente, no estamos acostumbrados a observar la diversidad como algo posible. Sonora tiene una sociedad muy tradicional. Parecería que al estar en frontera (limita con Arizona, Estados Unidos) tradicionalmente tiene tanto empuje en su parte económica y en la agricultura, pero en la parte cultural no es de esa manera. La sociedad está dividida a favor y en contra (del matrimonio igualitario)”, señaló Carrera, quien es licenciada en ciencias políticas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En declaraciones a La Hora del Cafecito, el programa de radio de Conecta Arizona, la analista afirmó que la iniciativa sometida a votación por las diputadas Celeste Taddei (Morena) y Rosa Elena Trujillo (Movimiento Ciudadano) va a “impactar mucho” en el Código de Familia, que establecía que es “jurídicamente imposible el matrimonio contraído entre sujetos del mismo sexo”. Ahora, a partir de la reforma, el texto dirá que “el concubinato es la unión voluntaria de dos personas”.
“A nivel nacional Sonora era prácticamente, y es todavía, el único (Estado) que continúa diciendo que la familia o el matrimonio solo puede ser consumado entre un hombre y una mujer, y esto ya se desdibujó en 23 Estados de la República”, dijo, en referencia a que Sonora se convirtió en el Estado número 24 (de un total de 32 en el país) en aprobar la medida, que también modifica la definición de familia.
“La lucha ha sido muy intensa, sobre todo entre la comunidad LGBTIQ+ y entre la gente que está a favor de la forma tradicional de familia, que hoy por hoy no sé si está en una especie de extinción, pero sí comparte espacios con otras 10 formas de familia que hay en México. Son familias que están integradas por una diversidad de personas. Entonces, se sienten afectados en esta situación”, afirmó Carrera, entrevistada por Maritza L. Félix, directora y fundadora de Conecta Arizona.
En su análisis de la situación luego de la aprobación legislativa, y de los derechos que invocan ambas partes (adopción, herencia, reconocimiento legal, entre otros), Carrera señaló que “el temor mayor es que (los integrantes del matrimonio del mismo sexo) tengan la posibilidad como pareja de adoptar”. “Es el mayor temor, porque las organizaciones que están a favor de la familia tradicional argumentan que la familia solo se constituye para procrear; entonces, cuando esto se cambia, si estas dos personas del mismo sexo establecen una familia, lo que dicen es ‘pero en realidad la familia nace en la historia de la humanidad para crear otros seres humanos’. Es decir, tiene otro fin, otros objetivos”, señaló.
En su explicación sobre la posibilidad o no de que parejas del mismo sexo puedan adoptar, la catedrática agregó: “Lo que se desconoce es que hay personas solas que ya pueden adoptar a sus hijos. Si cumples con una serie de requisitos para adopción, un hombre o una mujer solos pueden adoptar hijos. Entonces, no entiendo muy bien ese argumento por parte de los grupos que están como muy ligados a factores religiosos y que no quieren dejar que esto pase en nuestra sociedad. En realidad, lo que está sucediendo es que las parejas, de todas maneras, ahí están. O sea, tenemos un cúmulo de mujeres que están viviendo con mujeres como parejas y hombres que están viviendo con hombres como pareja, y muchos de ellos se hacen cargo de, a lo mejor, un sobrino que heredaron. Entonces, es como poner las cosas en blanco y negro, en claro”.
“Esta sociedad no hubiera dado el brinco (a favor de la medida) si no existiera ya de alguna manera este tipo de relaciones establecidas. Quienes viven en ese estilo de familia desde hace muchísimos años son, la verdad, parejas tan parejas como las heterosexuales, por decirlo de alguna manera. Han dicho, incluso han amenazado, que van a hacer todo lo posible para que el Código de Familia no se cambie, al igual que con el fallo de la Suprema Corte sobre el derecho a decidir, que vendrá en los próximos meses. Estamos ante tiempos muy complicados por la pandemia, porque todavía hay un sector de la sociedad en el que están muy arraigadas consideraciones muy tradicionales de nuestra cultura y como seres humanos también tienen derecho a luchar, manifestarse y expresarse, al igual las otras personas”, afirmó Carrera.
Sobre los plazos en los que la legislación entraría en vigor, la especialista en ciencias políticas finalmente dijo: “Se supone que ya puedes casarte en Sonora. El problema es que aquí, como todavía no se cambia el Código de Familia, o no se han homogeneizado todas las leyes secundarias que tienen que ver con el tema, seguramente la primera parte va a surtir efecto a través de amparos (judiciales), que era lo que ellos no querían, porque finalmente ya se habían podido casar. Varias parejas en Sonora ya se habían casado, pero tenían que contratar abogados especialistas en el tema, pagar por ellos y casarse a través de amparos. Espero que sea un camino hacia esa voluntad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que los derechos humanos de todas las personas sea una realidad y no encontremos mayor complicación”.